Como decía
Maria Montessori "Ayúdame a hacerlo solo" y cuántas veces no los escuchamos...la posibilidad que me ofrece este aula con ocho niños y niñas es poder abrir esa "oreja verde" de la que nos hablaba Giani Rodari para escucharlos y dejarlos elegir. "La libre elección, su actividad espontánea y el material puesto a su disposición con una intencionalidad, son los medios didácticos mediante los cuales el niñ@ se construirá."
He pensado mucho como llevar a cabo estos rincones, he hablado con un montón de compañeros docentes he leído este verano algunos libros y por fin me he decidido a poner en marcha estos rincones que son un poco diferentes a los rincones tradicionales que se vienen usando en infantil.
A mi modo de entender una cosa que a primera vista destaca en estos rincones es la estética tan cuidada y que trato de respetar.
Para que esta estética esté presente es muy importante el orden y aquí viene implícita la primera norma y una de las más importantes, "el material cuando lo dejo debe estar igual que lo he encontrado".
En el rincón que elijo estoy hasta que me canse, pero antes de irme tengo que dejarlo igual que lo encontré. Si el rincón que quiero está ocupado por algún compañero o compañera podré mirar como lo hace y esperaré paciente a que el o ella decidan dejarlo o me iré a otro rincón libre.
He preparado unas hojas para que ellos pongan su nombre en el rincón que han estado para de este modo como todo el alumnado no puede pasar por todos los rincones el mismo día, los niños el segundo día puedan pasar por los que no han estado.
He observado que el rato que dedicamos a este tipo de trabajo los niños fluyen, se olvidan del tiempo y permanecen concentrados y en "silencio" bastante tiempo. Disfruto mucho viéndoles trabajar de este modo y como ansían este momento los días que nos toca.
